Contenido
- Enfermedad de Parkinson y el dolor muscular y articular
- Enfermedad de Parkinson y las enfermedades musculoesqueléticas
- Tratamientos convencionales del dolor
- Tratamientos alternativos
- Dolor y depresión
La enfermedad de Parkinson, o mal de Parkinson, impacta en el movimiento normal, pudiendo resultar en dolores articulares y musculares (dolores musculoesqueléticos). Se puede tratar de estos dolores por medio de medicamentos y de cuidados personales.
Los dolores provenientes del mal de Parkinson pueden ser tratados con medicamentos tradicionales o con tratamientos alternativos (Creatas Images / Creatas / Getty Images)
Enfermedad de Parkinson y el dolor muscular y articular
La enfermedad de Parkinson causa rigidez en los músculos, problemas en la postura y falta de movimientos espontáneos. Estos problemas resultan en dolor que afecta principalmente a la espalda, los brazos, las piernas y las articulaciones.
Enfermedad de Parkinson y las enfermedades musculoesqueléticas
La enfermedad de Parkinson tiene una conexión con condiciones como la osteoporosis y la artritis, lo que puede causar dolor articular en algunos pacientes.
Tratamientos convencionales del dolor
Los tratamientos para el dolor de esta naturaleza pueden incluir fisioterapia, programas de ejercicios y analgésicos. Mediciones estándar, como la dopamina, que combate los desequilibrios químicos, también pueden ayudar en diversos síntomas.
Tratamientos alternativos
La clínica Mayo sugiere que el masaje, el tai chi y el yoga pueden ser útiles para mejorar los dolores articulares y musculares y promover la relajación.
Dolor y depresión
El dolor crónico puede causar o empeorar la depresión en pacientes que sufren de Parkinson, que tienen un gran riesgo de desarrollar este trastorno mental. Tratar la depresión puede reducir el dolor o aumentar la tolerancia. Los remedios para ella la tratan directamente y pueden interferir en las señales corporales que implican dolor.