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Aprender a multiplicar no necesita ser una tarea de hacer un ejercicio aburrido detrás del otro. Anime a los alumnos a aprender a multiplicarse transformando los ejercicios en juegos divertidos. Usted encontrará que los estudiantes van a entrar en el aula y pedir insistentemente si pueden "estudiar la multiplicación".
Aprender a multiplicar puede ser divertido (Liquidlibrary / liquidlibrary / Getty Images)
guerra
Escriba problemas de multiplicación en una serie de fichas. El número de fichas determina la duración del juego. Para juegos de menos de 10 minutos, sólo hay 10 fichas para cada pareja de estudiantes. Para retos más largos, puedes hacer más de 50 fichas. Los estudiantes deben quedarse uno frente al otro con la pila de fichas boca abajo entre los dos. Cada estudiante toma una ficha del monte y la gira. El alumno con ficha cuyo producto de la multiplicación es mayor gana y queda con las dos fichas. Quien tenga el mayor número de fichas al término del tiempo estipulado, gana.
concentración
Un juego de concentración que utiliza problemas de multiplicación puede ayudar a los estudiantes a reconocer que diversos problemas diferentes tienen el mismo resultado. Por ejemplo, tanto 4 x 5 como 20 x 1 son igual a 20. Haga ocho pares de fichas que tengan problemas diferentes, pero con el mismo resultado, y haga un total de 16 fichas. Dale un conjunto de fichas para cada pareja de estudiantes que vaya a jugar. Los alumnos deben colocar las fichas boca abajo en el suelo o en una mesa y deben abrirse abriendo dos fichas a la vez (como un juego de memoria). El objetivo es que los estudiantes se acuerdan de las fichas que tienen el mismo resultado para que puedan girar esas dos en una misma ronda, lo que les permite tomar las fichas para ellos. Gana el estudiante con más fichas al final del juego.
Rejilla de multiplicación
Escriba problemas de multiplicación en fichas desde 1 x 1 hasta 12 x 12. Dé una tabla de multiplicación para cada alumno que incluya los productos para todas las multiplicaciones colocadas en las fichas. Divida a los estudiantes en grupos de cuatro. Deben colocar las fichas de forma aleatoria, boca abajo, en el centro de la mesa. Cada estudiante tiene su turno de girar la ficha y marcar el producto del problema de multiplicación en su tabla, coloreando con lápices de color. Los estudiantes deben conversar entre sí para asegurarse de que están marcando la respuesta correcta. El primer estudiante a colorear tres resultados en una hilera de su tabla, gana.
bingo
Escriba los resultados de multiplicaciones en las fichas. Dale a cada estudiante una carta de bingo que tenga problemas de multiplicación escritos en orden aleatorio. Cada estudiante debe tener una tarjeta en la que la secuencia es diferente. Déles algo para marcar los carteles. La bola sorteada será el producto de alguna multiplicación. Cada alumno debe marcar el problema que corresponde a aquel resultado en su cartela. El primer alumno a marcar toda la fila vertical, horizontal o diagonal con las respuestas correctas, vence.