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La disciplina progresiva es un modelo de comunicación y gestión desarrollado principalmente para las empresas que requieren la supervisión y la evaluación de los empleados. La disciplina positiva es una filosofía educativa para ayudar a preparar a los niños para las experiencias exitosas en la vida.
Participantes diferentes
En la disciplina progresiva, el supervisor o el empleador realiza una conferencia con un funcionario en lo que se refiere al desempeño del empleado en su trabajo, un problema conductual o cualquier cuestión relativa al valor del empleado para la empresa. La disciplina positiva generalmente involucra a padres e hijos o profesores y alumnos y se refiere a un problema en casa o en el aula.
Actitudes respetuosas
Mientras las disciplinas progresistas y positivas ocurren en contextos diferentes, con diferentes participantes, el énfasis está sobre las actitudes respetuosas. El empleador no castiga al empleado, pero define metas adecuadas a través del asesoramiento. El padre o el profesor se concentra en ayudar al niño a desarrollar comportamientos más adecuados y no en el castigo.
Comunicación progresiva
En la disciplina progresiva, las empresas establecen una retroalimentación para el desempeño del empleado o su conducta, el empleador mantiene registros escritos generalmente de conferencias e indica si el problema se ha corregido o no. La disciplina final sería la dimisión del empleado.
Comunicación positiva
La disciplina positiva sugiere la consideración de las habilidades de desarrollo del niño y la enfatización de la adhesión del niño en la comunidad de la casa o en la escuela. La disciplina positiva no castiga los errores, pero alienta al niño a resolver sus propios problemas, ayudándole a sentirse capaz, promoviendo al mismo tiempo el coraje y la cooperación.