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La masilla, una de las formas más fáciles y comunes de rellenar agujeros en paredes o madera, está hecha de yeso y pegamento y viene en dos formas. La primera es una pasta que simplemente pasa por los agujeros y la segunda es un polvo que debe mezclarse con agua antes de aplicar. Si bien la pasta es más rápida de usar porque no requiere trabajo al mezclar, se debe tener cuidado al almacenarla para que no se seque y endurezca.
Paso 1
Limpie el borde dentro de la lata de masilla con un destornillador pequeño que encaje dentro del borde interior. Como la masilla es una pasta, es fácil que algunas piezas se alojen en el anillo. Sin quitar las piezas derramadas, el sello de la lata no se ajustará completamente.
Paso 2
Asegúrese de haber vuelto a colocar la tapa de la lata con la mayor firmeza posible. Puede golpearlo ligeramente con un martillo para asegurarse de que la tapa esté firmemente en su lugar. Si la lata de masilla es de plástico con tapa y solapas, mire el recipiente en la parte superior después de volver a colocar la tapa para asegurarse de que el sello haya sellado el recipiente por completo.
Paso 3
Guarde la lata o botella en un lugar fresco. El calor y la luz solar tienen un efecto de secado sobre cualquier tipo de pasta. Si no puede controlar la temperatura, coloque la lata de chispas en una bolsa de plástico y ciérrela bien o átela.