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El moco espumoso blanco o amarillo pálido que vomita un perro se llama bilis. Los perros que vomitan bilis, generalmente por la mañana o después de un largo período de sueño, padecen el síndrome de vómitos biliosos, también llamado gastritis por reflujo. Los perros vomitan esta secreción y luego parecen estar bien. Esta es una condición alarmante pero tratable, y debe monitorearse si empeora o no responde a los remedios caseros.
Causas
La principal causa del síndrome de vómitos biliosos es que el estómago del perro está lleno de bilis. Normalmente, está muy por debajo del sistema digestivo y no sube al estómago. Pero si el estómago del perro está irritado o es especialmente sensible, una pequeña cantidad de bilis o el estómago vacío pueden ser suficientes para provocarle el vómito. La bilis puede acumularse en el estómago del perro mientras duerme.
Predisposiciones
Los perros que han sufrido enfermedades gastrointestinales graves, como pancreatitis, enfermedad del intestino irritable o infección por giardia, serán más propensos a desarrollar un estómago sensible, según Holly Nash, DVM. Otro problema es la gastritis crónica, que puede ser causada por muchos tipos de enfermedades. Otros síntomas de la gastritis crónica que se ven comúnmente en el síndrome de vómitos biliosos son pérdida de apetito, irritación cuando se toca el abdomen y pérdida de peso.
Período de tiempo
Los perros con síndrome de vómitos biliosos tienden a comer hierba y vomitar poco después de despertarse, y luego actúan normalmente durante el día. Esto solo ocurre una o dos veces por semana. Los perros que vomitan bilis blanca o amarilla todos los días y tienen diarrea acuosa pueden estar sufriendo de parásitos internos, como giardiasis, según el libro "Dog Owner's Home Veterinary Handbook". Estos perros necesitan ver a un veterinario lo antes posible.
Tratamiento a domicilio
Para los perros que vomitan bilis y no muestran otros síntomas, pruebe con un remedio casero. Aliméntelo con una comida ligera por la noche o al menos siete horas antes de que el perro tenga que despertarse por la mañana. Empiece a darle un pequeño desayuno si no come más de una comida al día. La comida ayudará a absorber la bilis. Esto ayuda a evitar que el estómago se irrite y que el perro sienta náuseas.
Diagnóstico
Para determinar la causa de los vómitos biliares crónicos, un veterinario deberá examinar al perro y analizar la muestra de heces más reciente posible. Es posible que el perro deba ser anestesiado para someterse a un examen endoscópico del estómago. Otra prueba es la prueba de bario líquido, donde el perro ingiere bario líquido antes de ir a la radiografía. Este líquido hace que la radiografía sea más evidente y ayuda a notar un daño interno, un tumor o la presencia de un objeto pequeño que el perro puede haber tragado.