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El Yorkshire terrier pertenece a la categoría de perros de razas pequeñas. Como es el caso de otras razas de perros pequeños, también es propenso a tener varios problemas de salud, cada uno con sus propios síntomas específicos. Tragar con frecuencia es un problema de salud muy común entre estos perros, un signo que puede ser indicativo de muchas enfermedades subyacentes.
Amigdalitis
Las razas pequeñas, como Yorkshire, pueden tener las amígdalas hinchadas e inflamadas debido a una infección. Si su perro está tragando en exceso y parece sentir dolor al hacerlo, o se está ahogando, intente abrir la boca y revisar la parte posterior de la garganta. Si las amígdalas están rojas e inflamadas, es posible que tenga amigdalitis. En las razas pequeñas, a menudo no hay ningún motivo para la amigdalitis, ya que son propensas a esta infección. Sin embargo, la mala higiene bucal, los vómitos crónicos y la tos crónica pueden provocar enfermedades.
Disfagia
La disfagia es una condición médica en la que el perro tiene dificultad para tragar. Esto puede ocurrir debido a un cuerpo extraño en la faringe, problemas con los músculos de la mandíbula, problemas dentales, lesiones en la mandíbula o en la lengua o quistes en la boca o faringe. La salivación excesiva y la deglución frecuente son algunos de los signos de disfagia. Si nota estos síntomas, lo mejor es llevar a su mascota al veterinario de inmediato.
Derivación portosistémica
Esta afección médica se conoce popularmente como derivación del hígado. El hígado es un órgano importante involucrado en funciones importantes, como la desintoxicación. La derivación portosistémica entre perros está relacionada con el flujo sanguíneo irregular a través del hígado. Aunque la gravedad de los síntomas varía, algunas de las indicaciones más comunes incluyen depresión, convulsiones, falta de apetito, bajo peso, debilidad, salivación excesiva, micción frecuente y vómitos. La salivación excesiva, causada por la incapacidad del hígado para eliminar las toxinas del cuerpo, puede hacer que su perro trague continuamente. La derivación suele diagnosticarse mediante radiografías y suele aparecer en los dos primeros años de vida del perro. El tratamiento incluye cirugía y cambios en la dieta.
Epilepsia y convulsiones
La aparición de convulsiones o ataques en perros puede ser consecuencia de factores hereditarios o afecciones médicas, como disminución del nivel de azúcar en sangre, tumor cerebral, insolación, intoxicación, deficiencia nutricional y cambios de temperamento. El diagnóstico correcto de la causa subyacente es fundamental para el tratamiento. Por otro lado, la epilepsia es una enfermedad típica que implica episodios repetitivos de convulsiones, debido a problemas asociados con el funcionamiento del cerebro. Se caracterizan por pupilas dilatadas, extremidades rígidas, salivación excesiva, piernas temblorosas y aumento de la temperatura corporal, micción o heces. Debido a la salivación excesiva, el animal puede tragar de forma continua o frecuente.
Náuseas y vómitos
Las náuseas pueden ser el resultado de sentirse enfermo, obstrucción gastrointestinal, enfermedad hepática, problemas renales, parásitos intestinales o comer en exceso. Esto puede hacer que un perro saliva y que trague con frecuencia. Un perro que esté salivando, tragando con frecuencia y vomitando debe ser derivado a un veterinario inmediatamente. A veces, la ingestión de productos químicos nocivos también puede provocar estos síntomas.