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Debido a que la cerámica ha desempeñado un papel importante en diversas culturas de todo el planeta durante milenios, los hornos de alfareros tradicionales pueden tener estilos bastante variados. Los hornos tradicionales más simples se asemejan a fosas abiertas o cubiertas, mientras que los más elaborados pueden consistir en construcciones grandes y especializadas con sofisticados sistemas de ventilación. Para hacer su propio horno, el término medio puede ser el mejor. Un horno de aserrín hecho de ladrillos es fácil de construir y operar, y le permitirá producir cerámicas hermosas y funcionales utilizando métodos tradicionales probados por el tiempo.
Paso 1
Elija un lugar plano y vacío en un área abierta lejos de edificios o vegetación y coloque una sola capa de ladrillos para crear una base de horno cuadrada, de 60 cm a 90 cm de largo a cada lado.
Paso 2
Coloque más ladrillos para crear un borde sobre la base del horno y nivele. El borde debe tener solo un ladrillo de ancho, creando un cuadrado con un espacio vacío en el interior. No coloque los ladrillos demasiado cerca unos de otros, deje 60 mm o más entre ellos para permitir que pase algo de aire a través de la pared del horno.
Paso 3
Repita el Paso 2 para construir las paredes de su horno, nuevamente dejando espacios de 60 mm para obtener flujo de aire. Su horno puede ser tan alto o tan bajo como desee, pero una buena regla general es tener entre 60 cm y 90 cm de altura.
Paso 4
Coloque varias piedras pequeñas en la capa superior de ladrillos. Mantendrán la tapa sobre el horno y permitirán que el aire pase por debajo de los bordes.
Paso 5
Coloca una placa de hierro o acero sobre las piedras para que sirva de tapa.