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Cuando se prepara correctamente, el salmón es ligero y escamoso, prácticamente sin ese fuerte sabor de pescado. Además, posee altas cantidades de proteína y omega-3. El salmón puede prepararse de diversas maneras. Si usted tiene filetes congelados, puede descongelarlos o colocarlos directamente en el horno para cocinar.
Descongelación del salmón
Asegúrese de que el salmón no ha pasado más de seis meses en su congelador, ya que las carnes pueden estropear aunque estén congeladas. Usar su salmón antes de completar seis meses de congelación previene cualquier problema de salud causado por las bacterias.
Nunca descongele el pescado a temperatura ambiente, ya que esto lo expone al aire durante mucho tiempo y puede causar el desarrollo de bacterias y virus en la carne. En vez de eso, deje el salmón descongelando durante la noche dentro de la nevera un día antes de cocinarlo. Para una descongelación más rápida, coloque los filetes en un tazón con agua fría. Esto debe completar el proceso en una o dos horas.
Después de que el salmón esté completamente descongelado usted tiene varias opciones de preparación. Colóquelo en el horno, parrilla o freír en una sartén con aceite y condimentos. El salmón debe descamar sin dificultades cuando esté completamente cocido. Para comprobar que la cocción ha finalizado utilice un termómetro de carne para identificar la temperatura interna del pescado, que debe ser de aproximadamente 68 grados Celsius.
Cocinar salmón congelado
Si usted está usando filetes de salmón envasados, compruebe las instrucciones del embalaje para cocinar congelado. Sin embargo, por lo general se puede cocinar los filetes congelados por 30 a 45 minutos en un horno precalentado a 200 grados Celsius. Sólo coloque los filetes en una bandeja con un poco de aceite, colócalos en el horno y espere. Para comprobar si el salmón está listo, observe si se rompe fácilmente al ser espetado con un tenedor, o cheque la temperatura interna con un termómetro.