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El metronidazol se administra a perros para ayudar a combatir las infecciones bacterianas intestinales o las acciones de los protozoos, como Giárdia. Según The Pill Book Guide to Medication for Your Dog and Cat, un perro también debe recibir metronidazol después de una cirugía en los órganos del sistema digestivo para prevenir infecciones.
Dosis
Si el perro sufre de infección por Giardia o Entamoeba, dé de 7 mg a 14 mg por 500 g del animal durante siete días. Para la enfermedad inflamatoria intestinal, la dosis varía de 5 mg a 7 mg por 500 g del animal, administrados dos o tres veces al día. Para la infección por anaerobios, la dosis es de 11 mg a 23 mg por 500 g del animal, de dos a cuatro veces al día. El veterinario debe desglosar la dosis para prevenir infecciones después de la cirugía.
Consideraciones
Hay muchos rangos de dosis de metronidazol que se pueden administrar a los perros porque deben tener en cuenta muchos factores, y un veterinario dependerá de ellos para elegir entre el principio o el final de la escala. Si se trata de una emergencia médica, puede ser necesaria una dosis mayor. Si el animal ya está tomando otros antibióticos, disminuya las dosis aplicadas. Idealmente, se debe utilizar la dosis más baja posible para evitar efectos adversos.
Prevención de las náuseas.
El metronidazol a menudo irrita el estómago canino. Si el animal vomita, también estará eliminando metronidazol. Para evitar esto, The Pill Book Guide to Medicatoin for Your Dog and Cat sugiere que el medicamento se administre con o justo después de una comida. El metronidazol también se puede producir en tabletas masticables, que combinan el medicamento con algo para atraer el gusto del animal.
Intervalo
Según Barbara Forney, una veterinaria, las náuseas y los vómitos en los perros debido al metronidazol no ocurren de inmediato. A veces pueden pasar hasta doce días después de tomar la primera dosis para que comiencen las náuseas. Este es también el tiempo que tarda el perro en mostrar signos de sobredosis de metronidazol.
Sobredosis
Los signos de sobredosis de metronidazol incluyen más salivación de la habitual, problemas de coordinación, falta de apetito, movimientos oculares alterados, cansancio mayor de lo habitual, pérdida de la visión, temblores y convulsiones. Actualmente no hay ninguna prueba disponible para indicar que el perro está sufriendo una sobredosis.