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De acuerdo con el United States Geological Survey, los científicos del National Earthquake Information Center registran más de 20.000 terremotos al año y estiman que las cifras globales pueden sobrepasar los millones. Muchos terremotos son leves y prácticamente no se perciben, pero otros, como el de Japón en 2011, pueden liberar enormes cantidades de energía, llevando a miles de personas a la muerte y destruyendo grandes áreas. Sin embargo, a pesar de la devastación, los terremotos pueden tener efectos positivos para los humanos.
Entendiendo la Tierra
Medir terremotos pequeños permite que los geólogos estudien las áreas subterráneas. Ellos pueden verificar cómo las vibraciones se propagan, ya partir de eso, deducir el tipo de material allí existente. Con base en esa información, pueden encontrar acuíferos, depósitos de petróleo y gas natural y otros recursos importantes. Medir la escala y la extensión del temblor, también pueden tener una idea del tamaño de tales depósitos.
Placas tectónicas
Los terremotos son la forma por la que la Tierra libera la energía de las placas tectónicas a medida que se mueven. Si no se movían, el mundo sería muy diferente, sin montañas o con océanos mucho más pequeños. Con ese movimiento, hay un ciclo natural del material del manto terrestre. El suelo oceánico creado por el nuevo material es el hogar de miles de especies de plantas y animales, que tienen papeles importantes en el ecosistema humano al hacer cosas como absorber el bióxido de carbono y liberar el oxígeno a través de la fotosíntesis. Sin ese movimiento, nada de eso ocurrir.
muerte
Los terremotos a gran escala pueden matar a miles de personas. En la costa de Indonesia, en 2008, hubo un gran terremoto que dio lugar a un tsunami, que mató a más de 280.000 personas. En 2010, en Haití, otro mató a más de 230.000. Pueden ser aún más mortales en áreas en desarrollo, ya que normalmente no tienen patrones de construcción y tecnologías que podrían proteger a las personas.
destrucción
Además de las muertes, los terremotos pueden causar pérdidas de miles de millones de dólares. Los estragos por el terremoto de 2011 en Japón, por ejemplo, costaron alrededor de 232 mil millones de dólares. El perjuicio estimado por el de 2004, en Indonesia, fue de aproximadamente 8.400 millones de dólares. Además de los daños físicos, la infraestructura destruida puede afectar también la economía de las zonas afectadas. Los lugares con bajo rigor para las construcciones son los que más sufren, pero como se puede observar en el caso de Japón, incluso las economías desarrolladas son muy perjudicadas.