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El trabajo reúne a personas de diferentes orígenes, filosofías, culturas y personalidades. Diversos lugares de trabajo pueden incentivar la cooperación, el trabajo en equipo y el pensamiento creativo. Las diferencias de personalidad pueden significar que los individuos toman actitudes variadas en cuanto al estilo de trabajo y la interacción con otros empleados, gerentes, clientes y competidores. Comprender cómo la personalidad afecta el comportamiento en el lugar de trabajo puede ayudar a determinar lo que puede motivar a los trabajadores a actuar o comportarse de ciertas maneras.
Los extrovertidos pueden ser más propensos a buscar atención en el ambiente de trabajo (Ciaran Griffin / Lifesize / Getty Images)
motivación
Las diferencias en la personalidad pueden afectar lo que motiva a las personas a participar en el ambiente de trabajo. Las personas creativas ven el trabajo como un lugar para experimentar nuevas ideas, alcanzar soluciones diferentes o incorporar elementos artísticos a los productos. Los comunicativos pueden ser motivados a discutir y debatir las decisiones de negocios. Las personas con personalidades compasivas pueden ver su trabajo como una oportunidad de servir a la humanidad o de hacer el mundo un lugar mejor. Los empleados competitivos pueden ver el lugar de trabajo como una arena en la que esperan vencer a otros para demostrar su capacidad. Aunque las motivaciones pueden reflejar una mezcla de varios objetivos relacionados con el trabajo, jugar con los puntos fuertes de las personas puede aumentar la motivación y resultar en mejores productos y servicios. Por ejemplo, asignar a un empleado del tipo competitivo la tarea de desarrollar una campaña para vencer a su principal competidor puede ser una elección de éxito.
Relaciones interpersonales
Las personalidades también afectan el comportamiento en el lugar de trabajo cuando se trata de relaciones interpersonal. Un modelo de personalidad común incluye el "Tipo A" y "Tipo B" de personalidades. Las personalidades del Tipo A tienden a hacer las cosas rápidamente, se sienten apresuradas y pueden ser rabiosas o hostiles. Personalidades del Tipo B tienen un enfoque más relajado, completando una cosa a la vez y expresando sus sentimientos. En algunos aspectos, las diferencias de personalidad pueden facilitar las relaciones interpersonales, ya que los individuos pueden disfrutar de la interacción con personas cuyas personalidades completan su propia. Las diferencias de personalidad también pueden causar problemas, por ejemplo: las personalidades del Tipo A pueden parecer arrogantes a aquellos con personalidad del Tipo B, causando fricción. Por otro lado, las personalidades del Tipo B pueden parecer muy sensibles a los individuos con personalidad del Tipo A.
Ética de trabajo
La personalidad también puede influir en la ética en el lugar de trabajo. Por ejemplo, alguien con una personalidad espontánea, divertida, puede esforzarse por las manos a la obra, cumplir plazos o ser un negociador astuto cuando se discute contratos. Los empleadores deben tomar el cuidado de establecer fuertes principios para orientar las elecciones éticas en el lugar de trabajo, sin importar el tipo de personalidad de los empleados. Por ejemplo, algunas personas pueden pensar que es perfectamente posible llevar plumas y bloques de notas de la oficina a casa, porque son generosos con sus propios recursos en el lugar de trabajo.
Autoevaluación
Algunas personas, por supuesto, evalúan su propio desempeño en el lugar de trabajo, estableciendo metas e identificando las áreas de mejora. Otros, pueden concentrarse en las tareas del momento, no reflexionar sobre el pasado o la planificación futura. La autoevaluación puede ser una herramienta valiosa para mejorar las habilidades. Los empleadores pueden ofrecer entrenamientos y talleres para ayudar a los empleados a comprender mejor sus puntos fuertes y débil en el trabajo.