Contenido
- Problemas de piel
- Problemas sexuales
- Problemas digestivos
- Problemas óseos
- Problemas nasales
- Problemas de sueño
Las hormonas femeninas estrógeno y progesterona son esenciales para el bienestar de las mujeres. El desequilibrio de ellos puede afectar negativamente a varios sistemas del cuerpo, desde la piel y el hueso hasta la salud sexual y el sistema digestivo.
Problemas de piel
La caída en los niveles de estrógeno puede hacer que la piel pierda su brillo, desarrolla arrugas y se cure más lentamente. Algunas mujeres pueden experimentar el crecimiento anormal de pelos en la cara y el cuerpo.
Problemas sexuales
La disminución de los niveles de estrógeno puede causar sequedad vaginal, relaciones sexuales dolorosas y susceptibilidad a infecciones, mientras que bajos niveles de progesterona pueden contribuir a la dificultad de reproducción y ciclos menstruales irregulares.
Problemas digestivos
El declive de los niveles de estrógeno puede causar mala digestión y baja absorción de nutrientes, lo que lleva a muchos otros problemas de salud.
Problemas óseos
Debido a la baja capacidad de absorción de nutrientes, las mujeres con bajos niveles de estrógeno generalmente sufren de deficiencia de calcio. Sus huesos se vuelven frágiles y vulnerables a las enfermedades óseas.
Las mujeres con bajos niveles de estrógeno sufren de deficiencia de calcio (Keith Brofsky / Photodisc / Getty Images)
Problemas nasales
El estrógeno y la progesterona promueven los tejidos sanos en los pasajes nasales. Un desequilibrio de estas hormonas puede resultar en congestión nasal y una menor capacidad para combatir los virus.
Problemas de sueño
La disminución de la progesterona y el estrógeno puede causar problemas de ansiedad, olas de calor y sudores nocturnos profusos que conducen a un sueño agitado.
