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Los alimentos en una lata cerrada se han procesado o pasteurizado especialmente para su almacenamiento en la lata, y están diseñados para permitir que los alimentos se conserven sin necesidad de refrigeración, pero aún con una fecha de vencimiento. Eventualmente, las latas pueden tener una indicación de "consumir antes", lo que indica que el producto se puede consumir de manera segura después de la fecha especificada, pero no tendrá el mismo sabor y calidad, mientras que los productos con "válido hasta" son perecederos y no pueden ser consumido después de la expiración.
Mientras la lata no esté abierta, es seguro guardarla en el refrigerador por períodos cortos, lo que a menudo se hace con jugos o frutas enlatadas. Las latas no se pueden guardar en el frigorífico por mucho tiempo que se puedan oxidar. Una lata oxidada puede contaminar los alimentos, por lo que ya no debe considerarse pasteurizada, procesada o segura para el consumo, y la comida no se puede consumir.
Latas cerradas
Latas abiertas
Tan pronto como se abre la lata, su contenido ya está sujeto a contaminación. Los alimentos deben consumirse inmediatamente o almacenarse en el refrigerador para mantener la temperatura baja y evitar la contaminación. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y la Universidad Estatal de Dakota del Norte, es posible almacenar latas abiertas de alimentos en el refrigerador de manera segura. La lata debe cubrirse con su propia tapa o una envoltura de plástico para reducir el riesgo de contaminación, pero el riesgo de enfermedades causadas por mantener los alimentos en la lata es casi nulo. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, todos los alimentos se pueden almacenar de forma segura en una lata abierta en el refrigerador hasta por dos días.
Acidez
Existe un mito popular que afirma que mantener alimentos enlatados en el refrigerador puede causar enfermedades, pero no hay evidencia científica para esa afirmación. Las latas de hoy están hechas de aluminio o estaño, y cuando estos materiales entran en contacto con alimentos ácidos en combinación con el oxígeno del aire, pueden oxidarse o corroerse. Esto no contamina la comida, simplemente la deja con un sabor metálico que puede resultar desagradable para el consumidor. Gracias a este proceso de oxidación, los alimentos más ácidos como jugos, productos de tomate o frutas y verduras en conserva no deben almacenarse en latas abiertas en el frigorífico. Estos deben transferirse a envases de plástico o vidrio para evitar una posible decoloración o sabor metálico.