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La parábola del fariseo y el publicano es una lectura excelente para los niños, que incluye una valiosa lección de enseñanza sobre la importancia de la genuina intención de devoción de la Biblia. Encontrado en Lucas 18: 9-14, la historia transmite como un fariseo presuntuoso, que es autoritario para vivir una buena vida, no ora verdaderamente. En cambio, distrae a otros rezando para jactarse de su piedad. Por otro lado, un recaudador de impuestos, también conocido como recaudador de impuestos, ora genuina y humildemente a pesar de la inexactitud de su vocación en el contexto de la historia bíblica.
Un juego de memoria
Después de leer la parábola juntos y discutirla, concluya la lección con una recitación de todo el grupo de memoria. Puede hacer que la recitación sea más dinámica e interesante organizando a los estudiantes en un círculo y lanzando una pelota de goma. Comience recitando la primera línea de la historia y luego arroje la pelota a un estudiante. Este estudiante debe continuar la historia y luego pasar la pelota, continuando hasta llegar al final de la parábola. Si su congregación valora la memorización precisa como parte del estudio de la Biblia, esta es una forma eficaz de practicar el texto para memorizar. De lo contrario, es una excelente manera de capturar la esencia de la historia.
Curva
Especialmente para los niños más pequeños, involucrar todo su cuerpo en una actividad puede ayudarlos a relacionarse con ella y profundizar su comprensión. Para ayudar a los niños a comprender la humildad, hable sobre lo que hizo el fariseo para orar y lo que hizo físicamente el publicano. Haz que se inclinen y anímalos a notar el sentimiento de la acción. Pregúnteles si hay algún sentimiento emocional o espiritual al que inclinarse. Para ayudar en la discusión, pregunte a los estudiantes si les gustaría inclinarse ante su peor enemigo, su mejor amigo o sus padres. Discuta cómo los cristianos generalmente no se inclinan para expresar su humildad y permitan que los niños piensen en otras conductas que reflejen la humildad.
Dibujo
Utilizando la parábola del fariseo y el publicano como inspiración, anime a cada niño a pensar en su propia comprensión de la humildad. Si tiene hijos mayores, déjeles que escriban su definición de humildad en una hoja de papel. Mezcla papeles y redistribuye, dejando que la clase comparta sus ideas con una capa de anonimato, ideal para incluir a estudiantes tímidos. Después de leer todas las definiciones, reparta papel y crayones o lápices de colores para que los alumnos puedan hacer dibujos que simbolicen la humildad. Anime a los estudiantes a ser creativos, dejando que las imágenes les sirvan de recordatorio de lo que significa la verdadera humildad para ellos. Recuérdeles que, como señala la parábola, la humildad no se trata necesariamente de apariencias.