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Cuando una persona tiene hambre, su cuerpo toma varias medidas para ahorrar energía y expresar la necesidad de la ingesta de alimentos. Uno de los síntomas más notables del hambre es el temblor, que a menudo puede parecer incontrolable. Estos temblores pueden ser similares a aquellos que ocurren cuando el cuerpo está frío, o pueden manifestarse en brotes de tics de ansiedad o tics continuos. Cuando el cuerpo empieza a temblar de hambre, es señal de que los síntomas más serios pueden estar en camino.
La ingesta insuficiente de alimentos puede llevar a síntomas como temblores (Ablestock.com/AbleStock.com/Getty Images)
El hambre y el cuerpo
El cuerpo expresa diferentes síntomas cuando comienza a acabar la energía proveniente de los alimentos. Usted puede notar una sensación de fatiga, un dolor intenso en el abdomen, sonidos de ronquidos que parecen venir del estómago, calambres y temblores cuando no se alimentó lo suficiente. Estas son sólo algunas de las diversas maneras por las que el hambre se hace percibir por el cuerpo. Muchas de estas alteraciones son resultados de procesos naturales cuyo objetivo es colocar el cuerpo en estado de alerta, proveer sustentación y aumentar la energía disponible.
Causas de los temblores
Los temblores suelen ser causados por desequilibrios en los niveles de glucosa. Cuando la glucosa sanguínea cae mucho, los temblores pueden comenzar a ocurrir por todo el cuerpo. Esto puede llevar a los golpes de los dientes, piernas inquietas y manos nerviosas. Los temblores están naturalmente asociados a los niveles de glucosa y pueden prevenirse o revertirse normalizando estas tasas. Pueden agravarse por la fatiga, el estrés o por alguna enfermedad. Los temblores también pueden ser consecuencia del uso de estimulantes o medicamentos adelgazantes, que afectan la glucosa sanguínea y alteran las sensaciones naturales de hambre.
Prevenir los temblores de hambre
Hay una variedad de métodos que se pueden utilizar para combatir y prevenir los temblores de hambre. La medida preventiva más obvia es mantener una alimentación regular. Es posible que tenga que ajustar la cantidad de comidas diarias para evitar las experiencias de hambre y temblores. Los individuos con hipoglucemia o diabetes deben hacer cinco o seis comidas pequeñas al día para garantizar que los niveles de glucosa se mantengan en un nivel sano. Aumentar la práctica de actividades físicas puede ayudar a regular la glucosa sanguínea y mejorar la circulación en las extremidades del cuerpo que presentan tics y temores en momentos de descanso. Un sueño bien regulado, con 6 a 8 horas diarias de sueño ininterrumpido, también ayuda a llevar las funciones corporales al máximo de eficiencia.
Alimentación saludable
La dieta juega un papel importante en la sensación de hambre. Algunos alimentos son naturalmente más saciadores que otros, y cada uno tiene efectos específicos en los niveles de glucosa sanguínea. Preste atención a la cantidad de azúcar refinado consumida diariamente. Para cada dosis exagerada de azúcar, ocurre una oscilación acentuada de los niveles de glucosa. Esto quiere decir que una barra de chocolate en el medio del día puede rápidamente llevar a niveles de glucosa sanguínea extremadamente bajos. Equilibra el consumo de azúcar con grasas benignas y proteínas para evitar tantas oscilaciones en los niveles de glucosa.