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No importa si son los gruesos tablones de los portobellos o los finos brotes y puntas del enoki, estos simples hongos pueden parecer aburridos pero pueden dar mucho sabor a las comidas habituales. Los champiñones se ven comúnmente en los mercados, pero no ignores las otras opciones más salvajes, como rebozuelos, trompeta negra y porcini, para rematar tu salsa de pasta o para darle textura a tu guiso. Independientemente de la variedad, es importante saber cuándo se han echado a perder los hongos. Siga algunos métodos rápidos para averiguar si sus hongos aún se pueden comer.
Paso 1
Observa las setas. Deben tener un color igual en su superficie. Evite consumir hongos con piel suave, moteada o marchita.
Paso 2
Tócalos. Los hongos pesados y firmes son ideales. Deben estar secos y relativamente limpios. Evite las que son capas pegajosas.
Paso 3
Observe los cubreobjetos. Dale la vuelta al hongo y mira si están abiertos. Los cubreobjetos cerrados indican que los hongos son nuevos y abiertos, que son más viejos. Si el hongo tiene laminillas marchitas o húmedas, está estropeado.