Contenido
Los mejillones son una gran fuente de proteínas y son más magros que la carne, lo que los hace beneficiosos para su dieta. Cuando se cocina, las cáscaras se abren, lo que facilita el acceso a la pulpa comestible. Se pueden consumir al vapor, dorados, asados o asados. Como las ostras y las almejas, se sirven con sus conchas sobre platos de pasta o ensaladas, o se adornan en media concha como aperitivo.
Paso 1
Compre mejillones de agua dulce de una fuente que los recolecte legalmente y de aguas libres de contaminación. Cuando se exponen al aire, cierran sus conchas, por lo que cualquier mejillón abierto expuesto al aire está muerto. Cómprelos vivos, asegurándose de que las conchas estén cerradas y no rotas.
Paso 2
Deseche los mejillones que estén abiertos o rotos. Con agua fría, cepíllelos y limpie toda la suciedad, percebes u otras impurezas. Quite la barba - las faldas peludas - de cada mejillón, agarrándolos y tirando de ellos, o con un cuchillo afilado.
Paso 3
Cuece los mejillones en una sartén, al horno o al grill. Deseche las conchas cerradas. Agréguelos, con sus conchas, a su sopa, ensalada o linguini favoritos.
Paso 4
Con un tenedor pequeño, raspe la carne de mejillón de su caparazón. Se desprenderá fácilmente con un ligero tirón del tenedor. Deseche las cáscaras vacías.