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El jengibre se ha utilizado en Asia y Oriente Medio desde la antigüedad como especia y hierba curativa. Si usa jengibre fresco en té o recetas, debe saber que incluso un trozo pequeño contribuye mucho al sabor.
Según la Clínica Mayo, el jengibre es un remedio que ayuda a las personas con náuseas, resfriado, gripe, artritis, diarrea, menstruación dolorosa, problemas cardíacos y cáncer. Para mantener el jengibre siempre fresco para darle sabor a sus recetas o para usarlo como medicina, necesita saber cómo almacenarlo adecuadamente en el congelador.
Paso 1
Lava las raíces de jengibre antes de congelarlas. Sécalos ligeramente.
Paso 2
Corta un trozo de jengibre del tamaño que planeas usar en un futuro cercano. Envuelva esta pieza en toallas de papel y séllela bien en una bolsa de plástico. Almacene en el refrigerador hasta por tres semanas aproximadamente.
Paso 3
Envuelva el resto de las raíces de jengibre sin pelar en el papel encerado y luego colóquelas en la bolsa de plástico con cierre hermético para congelador. Antes de cerrar, aprieta la bolsa hasta que salga todo el aire. Coloque una etiqueta de fecha en la bolsa.
Paso 4
Las raíces de jengibre pueden permanecer en el congelador de tres a cuatro meses. Las piezas que utilice se volverán un poco blandas con el tiempo, pero la calidad y el sabor permanecerán intactos.
Paso 5
También se puede pelar y cortar en rodajas o en juliana. Envuelva las piezas firmemente en una película de PVC y luego colóquelas en una bolsa de plástico para congelar o en un recipiente de plástico hermético. Ponga una etiqueta con la fecha y guárdela en el congelador.