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La superficie lisa de un plato de restaurante crea una herramienta versátil que puede saltear verduras, hornear hamburguesas e incluso preparar su desayuno. Sin embargo, si no se limpia adecuadamente a diario, la acumulación de grasa y comida afectará el sabor del menú y disminuirá la durabilidad de la pieza.
Precalentamiento
Antes de utilizar el plato por primera vez, es necesario prepararlo adecuadamente para garantizar su durabilidad y una buena superficie de cocción. Precalienta el plato a 175 grados Celsius. Aplique una fina capa de grasa sin sal a su superficie con un paño resistente a la grasa. Deje que el material se caliente durante dos minutos. Repite el proceso hasta que la superficie esté resbaladiza. Esto quemará cualquier producto químico del proceso de fabricación que pueda penetrar en los alimentos.
Utensilios
Una espátula dura o un raspador de metal es ideal para quitar los restos de comida de la superficie del plato después de la cocción anterior. Paños resistentes a la grasa empapados en agua y retorcidos se utilizan en secuencia para limpiar la superficie y eliminar el sabor de los alimentos recién preparados. Alternativamente, puede usar lana de acero, que se usa para arrancar la grasa carbonizada y los alimentos que son difíciles de eliminar. Se utiliza una piedra pómez para pulir la superficie semanalmente.
Limpieza frecuente
El plato debe limpiarse después de que se haya preparado cada alimento. Sujete un raspador contra él en un ángulo de 45 grados y haga pedazos cortos para empujar los restos de comida al recipiente de grasa. Sumerja un paño de limpieza resistente a la grasa en un balde de agua, apriételo y limpie la superficie. Estas dos prácticas, que se utilizan entre la cocción de diferentes tipos de alimentos, garantizarán que su próximo envío tenga el sabor esperado.
Mantenimiento semanal y mensual
Al final del día, la placa debe limpiarse a fondo. Raspe los desechos en el recipiente de grasa con una espátula o un raspador y vacíelo. Llena un balde mediano con agua y revuelve una pequeña cantidad de bicarbonato de sodio. Cubre la superficie del plato con agua mientras aún esté caliente y déjalo en remojo durante unos minutos. Use un cepillo o una rejilla para aflojar la suciedad y luego enjuáguelos. Al final de la semana, use una piedra pómez para pulir la superficie del plato después de que se haya limpiado y luego enjuague. Una placa bien limpia debe tener una superficie relativamente espejada. Al final del mes, revise debajo de la pieza para asegurarse de que la ventilación no esté bloqueada con grasa; esto causará problemas de calefacción. Mantenga limpia la ventilación.