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La falta de respeto no es un comportamiento por defecto, se aprende. Es decir, los niños no vienen al mundo con una actitud irrespetuosa, ellos la desarrollan a través de la forma en que son tratados y de la manera en que observan cómo las otras personas se trata. Entonces, enseñar a los niños cómo respetar a las otras no es un método para transmitir respeto, sino para eliminar ejemplos de irrespetuosos o obstáculos de la vida del niño que puedan haberlos generado.
instrucciones
La falta de respeto es un comportamiento aprendido (Stockbyte / Stockbyte / Getty Images)-
Establezca hábitos y reglas para el comportamiento del preadolescente y para el suyo propio. Los hábitos comprenden comportamientos positivos que deben ser demostrados, y las reglas restringen ciertos comportamientos que deben ser evitados. Los dos pueden trabajar juntos. Por ejemplo, uno de los hábitos puede ser que usted y el preadolescente se dirijan uno al otro con respeto, mientras que una regla puede prohibirlos de levantar la voz o usar lenguaje inapropiado o irrespetuoso al referirse al otro.
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Basándose en los hábitos y reglas establecidos, construya una relación fuerte y consistente. Las relaciones así se construyen a partir de actividades regulares y repetitivas como cenas en familia, discusiones, noches de juegos o horas de reflexión. La consistencia de estas actividades depende tanto de su participación como de la del adolescente.
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Demuestre y moldee el comportamiento. Para los preadolescentes, la vieja máxima "acciones valen más que palabras" permanece verdadera y tienden a imitar a los padres, tutores, profesores u otras personas en posición de autoridad sobre ellos. La demostración de comportamiento respetuoso no se limita sólo a sus interacciones con el preadolescente, sino también con su pareja, colegas y amigos, y con personas en ambientes formales o de trabajo.
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Discuta cuestiones y problemas regularmente y de forma consistente. Si desea discutir la relación sólo cuando el preadolescente cometa algún acto irrespetuoso, comenzará a desarrollar sentimientos negativos por ese tipo de conversación. Cuando establezca actividades regulares y rutinarias para formar un vínculo fuerte y consistente con él, debe también establecer horas de reflexión rutinarias para discutir sus actitudes.
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Ofrezca opciones. Esto es particularmente importante cuando su preadolescente está preparando. No ameace o haga ultimates, como "si usted no deja de hablar conmigo de esa manera, va a quedar de castigo por una semana". En vez de eso, reconozca que él elegirá su propio modo de actuar en algún momento, pero a veces no entenderá las consecuencias de su comportamiento. Por ejemplo, usted puede decir "puede elegir entre continuar me irrespetando y quedarse de castigo por una semana, o calmarse y conversar sobre el por qué usted está triste y podemos continuar normalmente".
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Haga un acuerdo sobre sanciones y recompensas, y establezca previamente para estar preparado ante comportamientos negativos o positivos. A menudo, los preadolescentes creen ser víctimas de castigos injustos, haciendo que se sienten resentidos con figuras de autoridad, lo que lleva a la más falta de respeto y comportamiento negativo. Este problema puede ser neutralizado si discute previamente sobre qué medidas punitivas y recompensas va a dar.Este es también un excelente punto de discusión en sus horas de reflexión regulares.