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Mientras que los perros y los huesos tienden a caminar juntos como amigos inseparables, los huesos de pollo y de perro no se mezclan y pueden ser muy peligrosos. Los huesos de pollo especialmente cocidos son frágiles y pueden romperse en el estómago del perro, rompiéndose en pedazos muy pequeños, a menudo afilados, que pueden asentarse en el estómago o el intestino delgado y causar una hemorragia interna grave. Hay una serie de cosas que puede hacer si su perro ingiere accidentalmente huesos de pollo.
Alimentación excesiva
Si su perro come huesos de pollo, un método para protegerlo de los efectos dañinos que pueden causar los huesos astillados es sobrealimentarlo con alimentos blandos, desde alimentos húmedos hasta arroz y carne cocidos. Aunque esto no es saludable para el animal si se hace durante un largo período de tiempo, la comida extra en el estómago y el tracto intestinal ayuda a solidificar las piezas que pueden haber sido formadas por los huesos quebradizos. Se necesitan unos días, en promedio, para que los huesos de pollo se liberen del cuerpo del perro.
Bola de algodón como medicina
Alimentar a su perro con bolas de algodón es en realidad una forma de llenar su estómago y tracto intestinal con trozos asociados con huesos de pollo después de que se hayan comido. Sin embargo, existe un método específico para esta locura; por otro lado, las bolas de algodón pueden hacer más daño que bien y causar un bloqueo en el tracto digestivo del perro. Usa solo algodón 100% y remójalos gradualmente, con salchicha de hígado o algo más que tu cachorro no rechazará cuando lo alimentes. El algodón debe estar completamente empapado y no poder absorber más líquido para evitar el riesgo de crear un bloqueo intestinal. Las bolas de algodón empapadas deben atravesar al perro en aproximadamente dos días, junto con los huesos de pollo.
Inducir el vómito
Si sorprende a su perro justo después de comer huesos de pollo, inducir el vómito es otra buena forma de proteger su tracto digestivo. Inserte algo en la garganta del perro para hacerlo vomitar, sin embargo, puede crear una reacción violenta con huesos de pollo rotos y causar un corte en el estómago o la garganta del perro. Entonces, aliméntelo con una lata de calabaza, por ejemplo, para causar vómitos de forma natural. Atrapa el vómito para asegurarte de que los huesos hayan sido regurgitados.
Si ninguna de estas soluciones parece una opción viable, llamar a su veterinario es otra ruta segura, aunque terminará en una visita costosa.