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Desde la introducción de los automóviles hace más de cien años, la popularidad y la prevalencia de los automóviles se han disparado. Se estima que actualmente hay al menos mil millones de vehículos en el mundo. Con el creciente número de automóviles en las carreteras, los efectos de los vehículos en el medio ambiente son cada vez más evidentes.
Polución del aire
Los gases expulsados por los coches contaminan el aire y son peligrosos para el medio ambiente y la salud humana. Los subproductos de la combustión de combustibles se liberan a la atmósfera desde el escape de cada vehículo conectado. Los gases de escape contienen moléculas peligrosas que amenazan la salud humana, como el monóxido de carbono, que dificulta el flujo de oxígeno al cerebro, y los óxidos de azufre, que pueden causar enfermedades respiratorias o agravar otros problemas de salud existentes. Los gases de escape también contienen dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global, y óxidos de nitrógeno, que pueden causar lluvia ácida y ozono. La luz del sol también puede calentar los contaminantes y crear humo, que cubre el cielo con una niebla gris y sucia.
Basura y contaminación
Junto con la contaminación del aire, el uso del automóvil afecta la tierra y el agua. El aceite y otros fluidos pueden filtrarse de los vehículos en las carreteras. Desde la carretera, estos contaminantes se pueden lavar en el suelo y los cuerpos de agua circundantes. Una vez en el medio ambiente, los químicos en estos fluidos pueden contaminar estas fuentes de agua, afectar la vida de las plantas y otros organismos. Además, las partes rotas de los vehículos que se caen del automóvil o la basura que arrojan las personas dentro de los automóviles pueden interferir con los hábitats naturales y afectar los organismos que viven allí.
Carreteras y estacionamiento
Con el aumento en el número de automóviles vino una demanda de más carreteras y áreas de estacionamiento. En los Estados Unidos, hay casi siete millones de kilómetros de calles y carreteras. La producción de carreteras y estructuras de estacionamiento destruye los hábitats naturales y obliga a los organismos que viven allí a moverse o incluso a matarlos. Una vez que se coloca el asfalto y se completan los caminos, a menudo interfieren con las rutas de migración de los animales. Muchos animales ya no pueden migrar o son atropellados y asesinados por vehículos en sus intentos de cruzar la carretera. El efecto de las carreteras y las estructuras de estacionamiento sobre las poblaciones de organismos y hábitats es perjudicial para todo el ecosistema y la biosfera.
Poluición Sonora
Aunque quizás se pase por alto fácilmente, otro efecto negativo de los automóviles en el medio ambiente es la contaminación acústica. El sonido del rugido de los motores, las bocinas y el ruido de los frenos puede ser devastador, especialmente en las grandes ciudades, y es una fuente de estrés para las personas que viven allí. El estrés puede empeorar los problemas que ya existen en el corazón y el sistema inmunológico y puede provocar problemas psicológicos. Incluso en lugares donde el uso del automóvil no es intenso, el ruido de los automóviles puede asustar a los animales, obligándolos a abandonar sus hábitats naturales. La ausencia de estos animales cambia la dinámica de su entorno, incluida la cadena alimentaria. A menudo, los animales desplazados buscan refugio en áreas que son inaceptables o peligrosas para los humanos, como áreas residenciales o industriales.