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La sal le da sabor a la comida, pero en exceso también puede arruinarla. Es posible que accidentalmente haya puesto demasiada sal en una salsa. En lugar de tirarlo, reduzca la sal y guárdelo usando uno de los muchos métodos rápidos.
Paso 1
Pelar y cortar dos tallos de apio en cubos de 5 cm. Incorporarlos a la salsa y poner a fuego lento durante 15 minutos, mezclando de vez en cuando. Saca los cubos y tíralos. Usa la salsa como desees. El apio absorbe la sal y otras especias, por lo que es posible que deba agregar más especias.
Paso 2
Coloque una taza de carne o verduras sin sal y deje hervir. Aumente la cantidad de caldo proporcionalmente para minimizar la sal. Si es necesario, agregue una cucharada de maicena al caldo para espesarlo y mejorar su textura.
Paso 3
Mezcle 1 cucharada y azúcar, o miel y jugo de limón o vinagre de sidra de manzana con la salsa, revuelva y experimente. Agregue más si es necesario. La acidez del vinagre y el azúcar neutralizará la sal.
Paso 4
Pelar y cortar una papa en trozos medianos. Incorporar la salsa y hervir durante 15 minutos. Una vez cocidas, deséchelas o úselas como desee. La papa funciona como una esponja y absorbe el exceso de sal de la salsa.
Paso 5
Agregue 1/2 taza de arroz cocido, pasta, verduras en rodajas, pescado o carne para absorber la sal de la salsa. Use ingredientes que funcionen con la receta. Por ejemplo, agregue pasta y pollo a una salsa agridulce y los filetes de pescado a un color blanco cremoso.