Contenido
- Secar la piel de naranja
- Paso 1
- Paso 2
- Paso 3
- Paso 4
- Paso 5
- Paso 6
- Paso 7
- Cáscara de naranja congelada
- Paso 1
- Paso 2
- Paso 3
Las cáscaras de naranja aportan un color vivo y un sabor amargo a platos horneados, salsas y otras recetas. Al usar cáscaras de naranja frescas y maduras, con el máximo color y sabor, puede secarlas y congelarlas para uso futuro. La próxima vez que tenga muchas naranjas frescas, pruebe uno de estos métodos para conservar la cáscara en lugar de tirarla. Use sus cáscaras secas o congeladas en sus recetas favoritas, como lo haría con las frescas
Secar la piel de naranja
Paso 1
Lava tus naranjas con agua fría y frota suavemente la superficie de cada fruta con tus manos.
Paso 2
Con un cuchillo, retira la parte exterior de la cáscara, de unos 0,3 cm de grosor, y corta las tiras en trozos de unos 5 cm.
Paso 3
Precalienta tu deshidratador a 57 ° C. Distribuye los trozos de cáscara en la bandeja de secado a unos 2,5 cm entre sí, con el lado cortado hacia arriba. Coloca la bandeja en el deshidratador.
Paso 4
Revisa las conchas cada hora para ver cómo se están secando, retirando una de ellas de la bandeja y cortándola por la mitad. Los segmentos estarán lo suficientemente secos cuando no pueda ver o sentir humedad dentro de ellos. Este proceso puede tardar hasta 12 horas, dependiendo del tipo de naranja que uses.
Paso 5
Retire la bandeja deshidratadora y deje que las piezas se sequen completamente antes de empacar.
Paso 6
Empaque las conchas en botes de plástico o vidrio transparente y déjelas reposar durante siete días. Balancea la olla todos los días para separar las piezas. Este paso asegura que todas las piezas se sequen uniformemente y evitará el desarrollo de moho.
Paso 7
Guarde las conchas en un recipiente hermético o en una bolsa de plástico. Retire la mayor cantidad de aire posible del recipiente antes de cerrarlo. Use cáscaras de naranja secas en las recetas del mismo modo que usaría las frescas.
Cáscara de naranja congelada
Paso 1
Lava tus naranjas en agua fría y usa el cuchillo para quitar la capa más externa de la cáscara, dejando atrás la parte blanca.
Paso 2
Pique la cáscara en varios trozos o use un rallador de queso o cáscara de fruta para quitarle la ralladura.
Paso 3
Coloque las conchas o ralladura en bolsas de plástico con cierre hermético. Saca el aire de la bolsa y guárdalo en el congelador hasta que lo uses.