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Perder una uña es una experiencia triste y frustrante que puede hacer que realizar tareas simples sea difícil y doloroso. Además de causar molestias físicas a través de los dedos y las manos, la imagen del lecho ungueal expuesto también puede ser una imagen perturbadora. Varias condiciones pueden hacer que una uña se caiga, incluidos traumatismos en las uñas, infecciones fúngicas y psoriasis, así como sucesos accidentales comunes, como romperlas o arrancarlas. Si ha perdido una uña, deberá tener cuidado con el lecho ungueal expuesto para prevenir infecciones y asegurar un crecimiento saludable.
Paso 1
Aplique medicamentos o una solución antibacteriana para limpiar el lecho ungueal expuesto. Si va al médico para hablar sobre la uña que se ha caído, es posible que le recete una pomada antibiótica que puede prevenir infecciones. El peróxido de hidrógeno o las cremas antibióticas de venta libre también pueden ayudar a mantener el área limpia y libre de infecciones.
Paso 2
Venda el lecho ungueal para detener el sangrado que es probable que ocurra. La colocación del apósito en el área también la mantendrá limpia y libre de infecciones.
Paso 3
Tome analgésicos de venta libre, como aspirina y acetaminofén, para minimizar las molestias en el dedo y la mano.
Paso 4
Cambie el apósito con regularidad y limpie el lecho ungueal hasta que sane. Lavar la zona suavemente con agua y aplicar cremas antiinfecciosas ayudará a que cicatrice rápida y correctamente.
Paso 5
Mantenga el lecho ungueal protegido con guantes y una venda hasta que la uña crezca por completo. Tenga en cuenta que esa zona permanecerá sensible durante algún tiempo.