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Si sospecha que alguien tiene una lesión en la columna cervical, es muy importante mantener a la persona lo más quieta posible hasta que pueda recibir atención médica y realizar exámenes de rayos X. Una forma de mantenerlo quieto es usar un collarín cervical. Sin embargo, es posible que el paciente necesite utilizarlo durante más tiempo si el médico así lo determina. Mantener el área cervical inmóvil es parte del proceso de tratamiento.
Paso 1
Extienda la mano y los dedos y doble el pulgar. Utilizará esta posición de la mano para medir el tamaño requerido del collarín cervical.
Paso 2
Coloque los dedos extendidos contra el cuello del paciente. Tu dedo meñique debería estar casi tocando tu hombro. Cuente cuántos de sus dedos se necesitan para llegar a la línea de la mandíbula. Recuerda: medir un collarín cervical no es una ciencia exacta, porque no hay muchas tallas, así que lo que buscas es una mejor estimación.
Paso 3
Encuentre el tamaño adecuado para el paciente colocando sus dedos extendidos en el costado de un collarín cervical, con el dedo meñique colocado cerca del borde inferior. Recuerde cuántos dedos se necesitaron para llegar a la línea de la mandíbula en el último paso. Después de colocar todos los dedos utilizados, debe encontrar el collar correcto. De lo contrario, deberá repetir el proceso en un collar de diferente tamaño.
Paso 4
Siga probando collares hasta que encuentre uno que probablemente se ajuste al paciente.
Paso 5
Pídale a alguien que sujete la cabeza del paciente mientras se coloca el collarín cervical, lo envuelve alrededor del cuello y lo asegura. Cada collar es ligeramente diferente, por lo que es importante practicar antes de ponérselo al paciente.
Paso 6
Programe una visita de regreso para que el paciente sea reevaluado aproximadamente dos semanas después. Indíquele que use el collar en todo momento durante esas dos semanas.