Contenido
- Que causa la garganta seca
- Remedios caseros simples
- Sea amable con su garganta seca
- Cuando no es tan simple
La persistente sensación de sequedad o rascado en la garganta puede volverse insoportable con el tiempo. También puede ir acompañado de dolor e inflamación en caso de que hayas contraído un resfriado o una gripe. A veces, todo esto es el resultado de una atmósfera seca, o incluso porque grité mucho entre la multitud de la escuela secundaria. Afortunadamente, la garganta seca no suele ser grave y se puede aliviar con algunos remedios caseros sencillos y el sentido común.
Que causa la garganta seca
Las condiciones atmosféricas sin la humedad necesaria pueden provocar fácilmente sequedad en la garganta, y puede ser incluso más común en invierno, que es cuando te quedas en casa mucho tiempo sin renovar el aire que respiras. La garganta se seca y se rasca, especialmente por la mañana.
Las alergias pueden causar sequedad y rascado de garganta en personas sensibles, lo que también puede ser provocado por reacciones al polen, pelo de animales o moho.
Las personas que casi siempre respiran por la boca suelen sufrir sequedad crónica de garganta, que suele ser el resultado de la congestión nasal característica de los resfriados, por ejemplo.
Lo crea o no, los músculos de la garganta soportan las lesiones de la misma manera que lo hacen otros músculos del cuerpo. Si pasas una noche entera gritando a todo pulmón en un concierto o evento musical, puedes causar lesiones y terminar con la garganta seca.
La contaminación es una causa importante de sequedad en la garganta. La mayoría de la gente sabe que hay innumerables partículas contaminadas cuando se van, pero olvidan que la contaminación que existe dentro del hogar puede ser muchas veces peor, cuando se trata de sequedad en la garganta.
Fumar o consumir tabaco u otras sustancias es una causa común de sequedad en la garganta, y también es importante recordar que muchas personas experimentan dolor o inflamación en la garganta después de consumir bebidas alcohólicas o alimentos picantes.
Remedios caseros simples
Bebe líquidos fríos constantemente y en grandes cantidades, chupa un cubito de hielo de vez en cuando y mantén la garganta húmeda. Las piruletas y las barras de cereal ayudan mucho. Intente hacer sus propios dulces, congelar, en moldes de hielo, jugos o incluso tés de su elección, pero siempre llenándolos hasta la mitad para que sea más fácil comerlos.
Chupar pastillas para la garganta o incluso caramelos duros, para estimular la salivación y, en consecuencia, lubricar la garganta; muchos encuentran en el chicle una gran ayuda.
Disuelve la miel y el limón en un vaso de agua caliente, déjalo enfriar y bébetelo poco a poco, incluso puedes agregar hielo para una bebida muy refrescante.
En una taza con agua caliente, agregue una cucharadita de sal. Espere hasta que esté a temperatura ambiente y utilícela para hacer gárgaras: la sal alivia la garganta seca y raspada, y puede usarse tanto como necesite.
Sea amable con su garganta seca
Use un humidificador, especialmente durante los meses de invierno, que es cuando respirará mucho aire cálido y seco en su hogar (colocarlo en su habitación por la noche es ideal).
Evite cualquier sustancia con la que tenga antecedentes de alergias.
No fume y huya de las cosas que le resequen la garganta, como el alcohol y las comidas muy picantes.
No hables demasiado: dale un respiro a los músculos de la voz y de la garganta y dales la oportunidad de recuperarse por sí mismos.
Cuando no es tan simple
Si su garganta seca comienza a doler unos días después del malestar inicial, puede ser algo más complicado. Es posible que hayas contraído un resfriado o una gripe, lo que te dará unos días desagradables pero desaparecerá a su debido tiempo.
Sin embargo, existe la posibilidad de que se trate de una inflamación o amigdalitis más grave, así que tenga en cuenta algunos detalles. Busque ayuda médica si experimenta vómitos, náuseas, dolor de cabeza o si tiene dolor de garganta frecuente, amígdalas rojas y más grandes, ganglios linfáticos inflamados en el cuello, sangre en la saliva, ronquera o tos que dure más de dos semanas, pus o puntos de sutura blancos en la parte más profunda de la garganta o erupciones. Esté alerta a la temperatura de una fiebre alta, 40 ° C en niños o adultos o 38 ° C en bebés.